Ya lo había leído en un libro llamado “Startup of you”, en donde el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman, nos advertía que desde ese 2012, veía un mundo en donde la “escalera automática” se había detenido. Hoffman menciona que el mundo ya no funcionaba con las reglas tradicionales, el estudiar y seguir la fórmula no garantizaba un lugar de éxito en la vida.
Pero por otra parte nuevas oportunidades comenzaban a ser evidentes:
- Anticiparse al futuro y entender los cisnes negros
- Resolver problemas de la humanidad a través de emprendimientos
- Impulsar tu carrera con una actualización constante de habilidades (skills)
- Crear una red de seres humanos que se compartan valor mutuamente
- Asumir riesgos inteligentes
LA VISIÓN DE BRUCE FEILER
En el libro “Life Is in the Transitions” Bruce Feiler presenta la visión fresca e iluminadora de que la vida no lineal. Nos enfrentamos cada uno de nosotros a decenas de disruptores, terremotos, cambios masivos que conducen a una transición constante en la vida.
¿Pero qué son esos cambios? ¿Nuevas carreras, matrimonios, grandes cumpleaños? Pero Bruce está convencido que pasamos la mitad de nuestras vidas en transición, voluntariamente o no. El secreto está en cómo respondemos y nos adaptamos a las transiciones en nuestra vida y con ello definir nuestro futuro.
Bruce menciona que todos estamos experimentando una oleada de cambios abrumadores (Covid19, transformación laboral, muertes, terror al cambio, incertidumbre, sobrevivencia, obsolescencia, etc.). Pero, no importando esos cambios, cada periodo se trata de cómo navegamos y damos sentido a dichas transiciones en nuestras vidas. Después de un trabajo de investigación de más de un año, encontró 57 variables diferentes, identificando patrones y conclusiones que pueden ayudar a todos a sobrevivimos y prosperamos en tiempos de cambio.
EL FIN DE LA VIDA LINEAL
La primera gran idea es que la vida lineal está muerta. A los estadounidenses se les ha dicho durante décadas que nuestras vidas seguirán caminos lineales predecibles, interrumpidos por “crisis” periódicas. La columna vertebral de este paradigma fue una serie de progresiones cuidadosamente diseñadas para sostener un sistema económico y social: el matrimonio, los hijos y el nido vacío, el trabajo de nivel bajo a un trabajo de nivel medio, a un trabajo de nivel superior y hasta la jubilación.
Hoy, de acuerdo con Bruce, esa idea está ridículamente atrasada. Ya no esperamos tener un solo trabajo, una relación, una espiritualidad, una sexualidad o una fuente de felicidad desde la adolescencia hasta la vida asistida.
La segunda idea es que esta vida lineal ha sido reemplazada por un nuevo paradigma, la vida no lineal, en la que cada uno de nosotros experimenta nuestra vida como un complejo remolino de celebraciones, contratiempos, triunfos y renacimientos a lo largo de nuestros años.
La tercera idea es que la vida no lineal viene con un mayor número de transiciones de vida: de tres a cinco repartidas a lo largo de nuestra vida adulta. En su forma más simple, una transición de vida es la forma en que los humanos afrontan estos períodos de cambio. Cuando nos golpea una disrupción importante en la vida, a menudo nos paralizamos con indecisión y miedo. La transición de la vida se trata de cómo salimos de esa parálisis y entramos en un período de reinvención y renovación.
Para Bruce la idea de la “crisis de la mediana edad” es una falacia articulada por primera vez por un psicoanalista llamado Elliott Jaques en 1957. Afirmó que las personas de treinta y tantos años atraviesan un período depresivo provocado al contemplar primero su mortalidad. Jaques no hizo ninguna investigación; acaba de leer un montón de biografías de hombres famosos. No incluyó a las mujeres, dijo, porque la menopausia «oscureció» sus transiciones a la mediana edad. Luego Gail Sheehy popularizó la idea en la década de 1970, basándose principalmente en una investigación muy dudosa de Dan Levinson en Yale (entrevistó solo a 40 personas, y nuevamente solo a hombres), dijo que la crisis de la mediana edad debe comenzar en el año 40 y terminará en 45 y medio.
Bruce afirma que sufrimos una serie de tres a cinco “terremotos» a lo largo de nuestras vidas. Estos podrían ser problemas médicos, cambios de carrera, cambios en las prácticas sexuales, así como divorcios, movimientos sociales como #MeToo o #BlackLivesMatter, o eventos externos como un tornado, una crisis financiera, una reducción de personal o una pandemia.
Algunos de estos son voluntarios, otros son involuntarios.
La duración promedio de las transiciones que surgen de estos terremotos es de cinco años. Así que, haciendo los cálculos, significa que pasamos la mitad de nuestras vidas en transiciones. Además, descubrió que las transiciones involucran tres fases:
- el largo adiós: en el que confrontamos nuestras emociones y recurrimos a rituales para dejar nuestro pasado atrás.
- el medio desordenado: en el que revelamos nuestro nuevo yo y actualizamos nuestra historia personal. Este es el más difícil para la mayoría de la gente. Nos deshacemos de ciertos hábitos: mentalidades, rutinas, delirios, sueños. También creamos cosas: nuevas actitudes, aptitudes, habilidades, talentos.
- el nuevo comienzo: es la fase en la que se dan cuenta en lo que son mejores (su superpoder de transición).
Las transiciones son esenciales para la vida. Si lo sabemos de cierto ¿por qué no pasamos más tiempo tratando de dominarlas y obtener lo mejor de ellas? No podemos ignorarlas porque en el fondo estos son los momentos centrales de la vida. Tenemos que aceptarlos, nombrarlos, marcarlos, compartirlos y eventualmente convertirlos en combustible para rehacer nuestras historias de vida.
Los dejemos con Bruce Feiler: